¡Ni ayuno intermitente ni dieta keto! Quizá lo que te va a sentar bien ahora mismo es un ayuno financiero que te ayude a curar y estabilizar tus finanzas de una vez por todas. Se trata de un reto de 21 días con el que aprenderás a identificar lo que es verdaderamente necesario en tu vida y lo que no. Así que olvídate por un momento de los caprichitos que tanto te gusta darte, y vamos a poner en práctica esta pequeña dieta que estamos seguros que mejorará tu economía.
The 21-Day Financial Fast: Your Path to Financial Peace and Freedom, o ayuno financiero de 21 días para la paz y libertad financiera, es un método que plantea que por ese lapso de tiempo únicamente se asuman gastos relacionados con las necesidades y la supervivencia y se dejen de lado las compras por deseo.
Michelle Singletary, escritora y periodista de finanzas personales en el diario estadounidense Washington Post y creadora de este método, asegura que así se puede recuperar una economía desgastada por los excesos, las deudas o al pasar por malas rachas económicas. Es en estas situaciones cuando más se recomienda aplicarlo. También puedes hacerlo después de las vacaciones o las fiestas de diciembre, que normalmente implican muchos más gastos de lo usual.
¿Cómo hacer un ayuno financiero?
Sabemos que las dietas no son cosa fácil, pero este ayuno financiero vale la pena, así que toma nota de las cuatro reglas que debes seguir para hacerlo correctamente.
1. Hazlo durante 21 días
La primera regla de oro es que respetes los tiempos. Tres semanas pueden parecerte una eternidad si estás acostumbrado a malos hábitos de compra. Pero si lo haces por menos tiempo, no vas a percibir los beneficios del método y tu economía seguirá como hasta ahora. ¡Procura ser disciplinado!
PRO TIP: si, durante los 21 días rompes alguna de las reglas, entonces lo mejor es que empieces todo desde cero y que esto te motive a hacerlo mejor la próxima vez.
2. Cómpralo solo si es necesario
Para cumplir con esta regla, debes identificar aquellos gastos que son imprescindibles para vivir y aquellos que son solo deseos o caprichos. Con esto no queremos decir que darte un gustito sea malo, pero si quieres curar tus finanzas para empezar nuevos hábitos, entonces sí debes dejarlos de lado en lo que dura el ayuno. Algunas necesidades orientadas a la supervivencia son: vivienda, alimentos, atención médica y medicinas, servicios básicos, transporte y aseo.
PRO TIP: consulta tu presupuesto para asegurarte de tomar en cuenta todos los gastos necesarios para la supervivencia.
3. Paga con efectivo
Durante los 21 días, es recomendable que visualices físicamente el dinero que estás gastando. Por ello, utiliza dinero en efectivo para hacer tus compras de supervivencia. Esto te volverá más consciente del flujo de dinero en tu billetera y lo pensarás dos veces cada vez que quieras hacer una compra por impulso o por deseo. ¡Ver volar tus billetes de la cartera es una forma poderosa de hacerte arrepentir! Y desarrollarás mucho más autocontrol.
PRO TIP: ¡No tienes porqué quedarte en el siglo pasado para siempre! Pasadas las tres semanas, podrás volver a usar tus tarjetas de crédito y débito para hacer tus compras, eso sí, estamos seguros que serás mucho más consciente de tus gastos.
4. Haz un diario de gastos
Más que un registro, te sugerimos tener siempre a mano un diario de gastos en donde anotes todas las compras que hagas con sus respectivos montos. Con esta herramienta sabrás en qué estás usando tu dinero, cuánto estás ahorrando cada día y cuáles son las tentaciones que te está costando dejar de lado, para que puedas trabajar sobre ellas. Anótalo todo, exactamente como lo harías en un diario personal.
PRO TIP: puedes tomar como modelo este registro de gastos y luego añadirle las anotaciones que consideres importantes.
Tres ventajas de poner tus finanzas en ayuno
- Aprender a gastar con consciencia: las compras desmedidas o los gastos hormiga son los que matan una economía saludable. Con este método sabrás con claridad cuáles son tus necesidades y las de tu hogar y podrás decidir mejor en qué vas a gastar.
- Controlarás mejor las tentaciones: si antes no se te escapaban las buenas ofertas, ahora podrás ignorarlas con determinación. Saber que no lo necesitas, calmará tus ansias de comprar.
- Conocerás tu capacidad de ahorro: Disminuyendo aquellos gastos innecesarios, te darás cuenta de la cantidad de dinero que te queda disponible para ahorrar. Desde ese momento, habrás marcado un precedente para mejorar tus finanzas.
¡Decide cuánto ahorrar y da el primero paso!