Todos necesitamos un motivo para vivir, un impulso vital que nos mueva cada día... En el país del Sol Naciente, Japón, tienen claro cómo encontrar lo que ellos llaman Ikigai o razón de ser. La búsqueda de esa fuente de valor de la vida se ha extendido a lo largo del mundo y, dada la época en la que estamos, te invitamos a detenerte un momento para buscar eso que te hará sentir motivado de aquí en adelante.
Ikigai, lo que merece la pena
En Okinawa, el trabajo nunca lo fue todo, las pequeñas alegrías de la vida le han dado a su gente el secreto para una vida plena y larga. Por algo es ejemplo de longevidad en un país que ya de por sí se destaca por ello. ¡Descubramos su secreto!
Las investigaciones al respecto sostienen que el término ikigai proviene de la unión de varias palabras, por ejemplo: Iki que significa vida y gai, que es el valor de la vida, aquello que vale la pena.
Otro origen bastante inspirador son estas dos palabras: yarigai y hatarakigai, que significan el valor de hacer y el valor de trabajar. Sea como fuere, ikigai significa el impulso de la vida, la razón esencial por la que actúas cada día, tu propósito.
¿Dónde está tu propósito de vida?
El ikigai se encuentra en el punto exacto en el que confluyen todos estos aspectos de tu vida y se mantienen en equilibrio:
- Tu pasión: es la combinación de lo que amas hacer y de aquello en lo que eres bueno.
- Tu misión: está en el equilibrio entre lo que necesita el mundo de ti y lo que tú amas hacer.
- Tu vocación: se encuentra cuando lo que necesita el mundo de ti se combina con aquello que sabes hacer y por lo que te pueden pagar.
- Tu profesión: cuando te pueden pagar por aquello en lo que eres bueno.
¿Te has preguntado alguna vez si estos cuatro pilares de tu vida están en equilibrio o si solo vives para algunos de ellos? Si tu profesión te hace sentir vacío o crees que tu pasión no vale la pena, entonces es hora de sentarte y meditar sobre lo que hace que salgas de la cama cada mañana. ¿Te apuntas?
Cómo aplicar el método ikigai
Que no seas japonés no significa que no puedas buscar tu ikigai, así que vamos a darte algunas pautas para hacerlo. Te adelantamos que es un proceso individual y de mucha introspección. ¡Toma papel y lápiz y manos a la obra!
PRO TIP: desconéctate del mundo con tus audífonos y el tipo de música que más te inspire. ¡Sacará lo mejor de ti!
- Dibuja cuatro círculos vacíos y asígnales un color diferente a cada uno.
- En el primer círculo vas a escribir todo lo que amas hacer, lo que te gusta y que disfrutas. Por ejemplo: leer, pintar, cantar, etc.
- En el segundo círculo escribe todo lo que se te da bien hacer, en lo que eres bueno. Por ejemplo, cocinar, escribir, organizar.
- Para el tercero, piensa en todas esas habilidades y conocimientos valiosos por los que los demás estarían dispuestos a pagarte. Por ejemplo, por tus estudios formales en alguna especialidad.
- En el cuarto, describe todo lo que serías capaz por los demás o por el planeta, aunque no te pagasen por ello. Por ejemplo, rescatar animales de la calle, reforestar un espacio verde o cuidar niños. Recuerda que esto debe ser algo que harías con voluntad propia y contra toda dificultad.
- Une los círculos de acuerdo con el gráfico que viste anteriormente y ve descubriendo poco a poco tu pasión, misión, vocación y profesión.
- Una vez que hayas descifrado estos cuatro aspectos de tu vida, pregúntate si para cada uno coincide lo que anotaste con lo que estás haciendo en este preciso momento en tu vida. Si no es así, entonces ya sabes lo que tienes que hacer desde ahora: empezar a cambiarlo.
- Cuando equilibres los cuatro pilares de tu vida, habrás encontrado tu ikigai, te sentirás más motivado día a día e, incluso, más feliz.
Recuerda que absolutamente todo necesita armonía y equilibrio, desde las patas de una mesa hasta los ecosistemas del planeta pasando, por supuesto, por nuestro propio cuerpo. No puedes encontrar la satisfacción plena si tienes un trabajo bien pagado pero que no amas, ni dedicarte a lo que verdaderamente te apasiona sin tener estabilidad económica. ¿Ves por qué es importante?