Para que tu negocio marche sobre ruedas, tu catálogo de productos y la atención al cliente son importantes. Pero, para mantener las cuentas contables claras y proyectar objetivos a futuro, es indispensable que sepas que hay cuatro ratios de solvencia o endeudamiento que, al calcularlos, te permitirán saber de manera transparente cual es la situación financiera de tu empresa. ¡En este post, revisaremos cada uno!
Ratios de solvencia y endeudamiento: ¿qué son?
Empecemos por lo básico. Según la Real Academia Española (RAE), la solvencia es la capacidad de satisfacer las deudas. En términos financieros, es la capacidad de una persona natural o jurídica de responder satisfactoriamente a sus obligaciones de dinero.
Por tanto, los ratios de solvencia y endeudamiento son fórmulas que permiten a una empresa medir su capacidad para hacer frente a las deudas. Cada una de ellas es una arista diferente que ayuda a contar con un análisis más profundo y completo de la situación financiera del negocio.
¿Cuáles son estos ratios?
Los ratios de solvencia son cuatro:
- Ratio de endeudamiento
- Ratio de endeudamiento a largo plazo
- Ratio de deuda
- Ratio de apalancamiento financiero
PRO TIP: todos los datos para calcular cada ratio los encuentras en el balance general de tu empresa o, también denominado, balance de situación. Por eso, tu contador es uno de tus mejores aliados.
1. Ratio de endeudamiento
El ratio o índice de endeudamiento es un indicador, en decimales o porcentaje, que muestra cuánta deuda (recursos ajenos) usa la empresa para financiar sus activos, que serían sus propios recursos. Al hacer este cálculo, la empresa transparenta la estructura que tiene su patrimonio. Para explicártelo de forma simple: por cada dólar del patrimonio, qué proporción de ese dólar debe tu empresa a corto plazo.
Además, para que no te confundas, ten en cuenta que al ratio de endeudamiento también se le conoce como índice de endeudamiento sobre patrimonio neto o sobre recursos propios.
Fórmula para calcular el ratio de endeudamiento
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El patrimonio neto son aquellos recursos propios que se utilizan para financiar las actividades de la empresa. Se calcula restando los pasivos de los activos.
Seguramente te preguntarás cuál es el porcentaje óptimo de endeudamiento que tu empresa puede soportar. Para este medidor, se estima que entre el 40% y el 60%; sin embargo, esto depende de varios factores como el comportamiento del mercado y la estabilidad en el rendimiento de las actividades económicas de la empresa.
2. Ratio de endeudamiento a largo plazo
Cuando la empresa asume una o más deudas cuyos importes totales serán pagados en un período superior a un año, entonces es factible calcular el ratio de endeudamiento a largo plazo.
Este cálculo dará como resultado el porcentaje que representa la deuda a largo plazo en relación con los recursos propios que tiene la empresa.
Fórmula para calcular el ratio de endeudamiento a largo plazo
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El pasivo no corriente o pasivo fijo está compuesto por todas las deudas u obligaciones financieras que la empresa tiene que solventar en un período de tiempo superior a un año. Recuerda que puedes encontrar este dato en el balance de situación.
3. Ratio de deuda
El ratio de deuda puede parecerse al ratio de endeudamiento así que vamos a ver por qué son diferentes.
El ratio de deuda es un cálculo que permite medir el nivel de deuda que tiene la empresa en relación con sus activos totales. Es decir, qué proporción de las actividades del negocio es financiada por deudas.
Si vuelves sobre el punto uno, te darás cuenta que el ratio de endeudamiento mide la deuda sobre el patrimonio neto, no sobre los activos. ¡He ahí la diferencia!
Fórmula para medir el ratio de deuda
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Recuerda que el activo es lo que tiene tu empresa y el pasivo es lo que debe a sus acreedores.
4. Ratio de apalancamiento financiero
Volvamos a lo elemental. La RAE define el apalancamiento como la acción de levantar o mover algo con una palanca. En finanzas, estas son todos los mecanismos que se pueden emplear para incrementar el monto destinado a una inversión dentro de la empresa. Un ejemplo de apalancamiento financiero son los créditos.
El ratio de apalancamiento financiero calcula la relación que existe entre el capital propio y el capital que realmente se utilizó para una actividad específica. Básicamente, el apalancamiento te permite invertir más dinero del que realmente posee tu empresa.
Fórmula para calcular el ratio de apalancamiento financiero
Hay más de una opción para calcular este indicador pero aquí te explicamos una forma muy sencilla de hacerlo.
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El activo total incluye los activos corrientes y los no corrientes.
¿Cómo interpretar los resultados de estos indicadores?
No existe una sola forma de interpretar los resultados, el análisis es mucho más profundo y depende de algunas variantes que te recomendamos no dejar de lado.
- El mercado en el que se desarrolla la empresa: algunos sectores tienen, por naturaleza, unos ratios más elevados o más bajos que otros. Es importante hacer la comparación con el mercado pues el análisis será mucho más real.
- La estabilidad de las operaciones de la empresa: si tu rentabilidad es constante, tal vez puedas permitirte unos ratios más elevados porque tu capacidad de hacer frente a deudas está bien respaldada.
- La inestabilidad de las operaciones de la empresa: si los resultados de tu operación son variables, deberías considerar mantener estos ratios algo más bajos, para no poner en riesgo la estabilidad financiera del negocio.
- Los objetivos de la empresa: algunas pymes mantienen estos ratios muy bajos ya que prefieren no asumir deudas, sin embargo, esto puede limitar su crecimiento y la explotación del potencial. Por el contrario, otras empresas deciden solicitar apalancamiento financiero para invertirlo en su crecimiento económico, siempre que la rentabilidad sea estable.
En conclusión, los ratios de solvencia hablan de la salud financiera de la empresa. El apalancamiento financiero responsable puede facilitar el despegue del negocio en el mercado. Mientras que indicadores altos de deuda, si esta no se gestiona adecuadamente, hacen que la compañía luzca poco atractiva para posibles inversionistas.