Un código QR es una imagen que tu teléfono móvil interpreta para generar una respuesta: abrir una app, agregar un contacto, visitar una web, etc.
En principio, estos fraudes se basan en ingeniería social; es decir, el atacante utiliza el engaño para gatillar el ataque. Lo que hace es suplantar un sitio web real al crear una versión similar pero controlada por él. El usuario no se da cuenta del engaño y escanea el código QR malicioso.
Una vez que has caído en la trampa y has escaneado el código, el cibercriminal obtiene el control absoluto de tu sesión de WhatsApp. Esto incluye fotografías, videos, conversaciones, contactos, etc.... ¡todo!, y sin que la sesión que tienes abierta en tu celular se cierre o te notifique de alguna manera.