La puerta de entrada al cantón Pedernales, provincia de Manabí, es la avenida García Moreno. En ella se retrata el movimiento, la vida de la ciudad y la pujanza y esfuerzo de sus habitantes que no han olvidado el día en que un terromoto les cambió la vida y que ahora le plantan cara a una pandemia. También desde allí partió la segunda etapa de la Vuelta al Ecuador Banco del Pichincha, que recorrió 133 kilómetros, y ayudó a los negocios que sobreviven gracias al turismo.
En toda la extensión de la vía, hasta llegar al malecón de la playa de Pedernales, se puede observar el humilde negocio de frutas de la esquina, la vulcanizadora, la gasolinera, la ferretería, el comedor y la capilla de una virgen al aire libre, donde los ciudadanos se detienen a rezar, el improvisado Cuerpo de Bomberos y el deteriorado cementerio.
El recorrido también deja ver que la mayoría de construcciones son nuevas, que las edificaciones no son altas y que hay muchos terrenos cercados con cañas o vallas metálicas. Todo como resultado de la destrucción que dejó el movimiento sísmico de abril de 2016.