Por sus siglas en inglés, SWIFT hace referencia a la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales. Esta provee servicios de mensajería financiera, haciendo que tus transacciones al exterior sean mucho más seguras, ágiles y sin errores. Mientras que BIC corresponde al Código de Identificación Bancaria y, como su nombre lo dice, permite identificar el banco destino de una transacción.
Sí, ambos códigos se consideran lo mismo puesto que si un banco pertenece a la SWIFT, tiene un BIC que lo identifica.
Este código se utiliza, básicamente, para efectuar transferencias y pagos internacionales desde un banco a otro. Es por esto que, además de los datos del beneficiario, el asesor te pedirá el código SWIFT de la entidad financiera a la que se dirige la transacción, salvo que sea un banco europeo. ¿Por qué? Más adelante te explicaremos cuál es el código para entidades bancarias pertenecientes a la Unión Europea.