La cuenta corriente está pensada para personas naturales o jurídicas que necesitan hacer transacciones de manera fácil y a corto plazo. El objetivo de esta cuenta es aportar liquidez y es ideal si tú o tu negocio necesitan hacer pagos recurrentes como, por ejemplo, el descuento por nóminas.
En general, las cuentas corrientes sirven para manejar el dinero diariamente, ya que te permiten ingresar o efectuar pagos de manera inmediata a través de cheques, sin necesidad de disponer del dinero inmediatamente.
¿Y qué necesitas para abrir una cuenta de corriente? Solamente tu cédula de identidad y una copia de la planilla de un servicio básico, donde conste la dirección de tu domicilio de hasta 2 meses.