Finalmente, también vale la pena gastar en esos pequeños caprichos que te gustan y que te hacen feliz ¿Por qué? La respuesta es simple: equilibrio y bienestar emocional. Para tener estabilidad financiera no es necesario que te conviertas en el tacaño Scrooge, de Una Canción de Navidad, sino que pongas por delante tu bienestar visto desde diferentes ángulos. Tampoco se trata de derrochar el dinero. Por eso, para no excederte, toma en cuenta estos consejos:
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Escoge sabiamente cuáles son esos caprichos innegociables.
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Destina un porcentaje de tus ingresos e incluye el gasto en tu presupuesto.
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Procura aplicar siempre el gasto consciente para mantener las finanzas en orden.
Como ves hay varias formas en las que puedes gastar tu dinero en cosas que valen realmente la pena y que están lejos de ser un mero derroche. Después de todo, la vida no debe ser solo una acumulación de cifras en la cuenta bancaria, sino una experiencia rica y satisfactoria. El dinero está para ayudarte a cumplir metas, pero también para construir día a día la vida que quieres tener. ¡Eso sí, todo con mesura!