El color que Pantone escoge cada año va más allá de una manifestación estética; es un reflejo de la cultura global, de las aspiraciones y necesidades que tiene la sociedad. Además, consiste en una herramienta fundamental para la identidad de las marcas y la creación de diseños originales, gracias a su esquema de identificación y regularización de colores.
Es así que cada año, el Pantone Color Institute, un comité conformado por 40 expertos internacionales en arte, diseño, movimientos sociales y eventos coyunturales, se reúne para analizar e investigar la situación actual del planeta, la presencia de los colores en el día a día de las personas y las últimas tendencias artísticas.
Luego de un exhaustivo estudio de varios meses de duración, el Pantone Color Institute identifica y escoge el color que representará el año siguiente. Se trata de un tono que ya existe dentro de la paleta cromática de Pantone, pero que ha tomado relevancia en la vida de las personas durante el último año. Con cada color escogido, este comité busca mostrar qué es lo que inspira a la gente y qué ha cambiado a la humanidad.
El siguiente paso es la denominación del tono. Este es un proceso que también se basa en la investigación y creatividad, ya que el nombre del color del año debe mantener una sinergia entre el significado, los sentimientos que despierta en las personas y su objetivo comunicacional.