La modalidad de estafa por facturas falsas funciona de dos maneras. La primera, que es la más sencilla, consiste en enviar la factura físicamente a tu compañía, en espera de que tú o alguien de tu empresa se equivoque y la pague.
Con los avances de la tecnología, los estafadores han migrado al cibercrimen para que este fraude sea más convincente y difícil de detectar. Hoy en día, en la estafa de la factura falsa se utilizan técnicas de ingeniería social como el phishing o la suplantación de identidad para manipular a la víctima. Los ladrones intentarán que sienta apuro o que se descuide para que haga clic en links falsos y descargue un malware; lo que les permitirá acceder al listado de sus proveedores e información confidencial.
El objetivo de los cibercriminales es copiar el diseño de las facturas de los proveedores y también acceder a la lista de productos y servicios que la empresa compra todos los meses, como materiales de oficina. También podrían analizar cada cuánto y a qué hora se realizan los pagos en el negocio, para aprovechar el alto volumen de trabajo e infiltrar una factura falsa.
El modus operandi de un ciberestafador es enviar correos electrónicos con direcciones muy similares a las de un proveedor oficial y usando su logotipo e identidad visual. En estas comunicaciones, solicitan el pago inmediato de una factura vencida con la amenaza de que, si no se cancela, la empresa entrará en mora o peor aún, en el buró de crédito. También pueden hacerlo pidiendo una actualización de datos mediante un e-mail.