La aversión a la pérdida es la tendencia que tienen las personas a valorar más el evitar una pérdida que obtener una ganancia equivalente. Es como si nuestro cerebro estuviera programado para proteger lo que ya tenemos en lugar de arriesgarnos a perderlo. La teoría fue propuesta por los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky. En sus estudios, demostraron que somos 2,5 veces más sensibles a la pérdida que a la ganancia, incluso si la ganancia es objetivamente mayor.
Imagina que te proponen entrar a un juego en el que puedes perder $100 pero ganar $150. Lo más probable es que decidas no participar porque temes más perder que aventurarte a ganar. Es decir, psicológicamente tienen más valor los $100 dólares que ya tienes que los $150 que podrías ganar. En definitiva, no lanzarías los dados porque no tienes certeza de ganar.
Pero ¿cómo se traslada esta tendencia a las finanzas personales y las decisiones de compra?