La procrastinación no apareció de la noche a la mañana; de hecho, es algo que los seres humanos hacemos desde siempre. En la antigua Grecia, filósofos como Aristóteles lo definieron como akrasia o “actuar en contra del buen juicio” y significa hacer otras cosas en lugar de enfocarse en las tareas que están pendientes.
Hoy en día, entendemos la procrastinación como el acto de posponer una o varias actividades o tareas. Normalmente solemos comportarnos de esta manera cuando debemos cumplir con pendientes que no nos gustan, que son difíciles o que nos generan mucho estrés.