Acabamos de decir que es una técnica tediosa, entonces, ¿por qué se utiliza tanto? La respuesta es sencilla: porque los seres humanos somos predecibles y, por lo tanto, como muchas otras cosas, las contraseñas que creamos también lo son. ¿Alguna vez has creado contraseñas con tu nombre, tu fecha de nacimiento, el nombre de tu perro o fechas de cumpleaños? ¡Ahí lo tienes!
Los ataques de fuerza bruta requieren equipos de computación avanzados, programas informáticos y algoritmos para ser eficaces. Adivinar contraseñas con este método puede tomar meses o quizá solo algunas horas, dependiendo de la tecnología que se tenga, la dificultad y la extensión de las claves. La estadística ha demostrado que es cero probable que el ciberdelincuente encuentre la respuesta con la última combinación posible y que, en general, la respuesta se descifra al probar la primera mitad de las opciones. Esto quiere decir que, si hay 10 opciones posibles, al llegar a la quinta es bastante probable que ya se haya obtenido la respuesta.