A nivel laboral, lo más deseado suele ser una empresa que te ofrezca estabilidad en el tiempo. Además, te interesa adaptarte, entender el giro del negocio y, por fin, sentirte cómodo con tu nuevo trabajo. Pronto, dejas de ser el novato y pasan los meses... o los años y te sientes tranquilo, hasta que llega un punto en el que te preguntas: ¿cuánto puedo crecer? ¿qué oportunidades hay afuera? "Tengo nuevas necesidades, nuevas metas, ¿responde mi trabajo a ellas?"
Entonces, es probable que necesites un cambio de aires, salir al mercado laboral en busca de una nueva oportunidad de trabajo que se acomode mejor a tus necesidades y metas. Sin embargo, te atemoriza la idea de empezar de nuevo, el periodo de prueba, aprender algo diferente, que el ambiente laboral no sea como lo pintan y la incertidumbre en general propia de un cambio.
Bueno, básicamente no quieres quitarte ese arnés que te mantiene atado a tierra y tal vez estás dejando pasar grandes oportunidades laborales que otros sí están aprovechando. ¡La aversión al riesgo haciendo de las suyas!