Imagínate que Internet es como el océano: mientras más profundo nadas, mayores son las posibilidades de encontrarte con peligros desconocidos. Antes de explicar los conceptos de deep y dark web, hay que entender que Internet opera con servidores en todo el mundo que almacenan softwares, archivos y bases de datos que se envían todo el tiempo a diferentes direcciones IP, que son como la dirección de tu domicilio.
La red tiene distintas “profundidades”. La primera es el Internet visible, la parte “superficial” de la web; donde están todas las páginas a las que cualquier usuario puede acceder desde un navegador como Google Chrome o Firefox. Si te adentras más en Internet, te encontrarás con la deep web, un lugar con información que no está a disposición de todo el mundo. Y si decides “bucear” en lo más recóndito, te encontrarás con la dark web, un espacio que al igual que el fondo del mar, es muy peligroso.