La adaptación al cambio se ha convertido, hoy en día, en una habilidad vital y necesaria de toda empresa. Las organizaciones deben evolucionar al ritmo de la sociedad. No es coincidencia que hoy exista una alta demanda de profesionales para áreas que hasta hace diez años no existían.
Aceptar el cambio es a menudo un proceso complejo del que no todos quieren ser parte. Esta resistencia es normal por la incertidumbre e inseguridad que genera. Gestionar el cambio facilita la aceptación y crea menos resistencia.
Durante este proceso surgirán personas capaces de afrontar los nuevos retos, y por tanto, serán quienes desarrollen una mayor autoconfianza ante estas situaciones. Una adecuada gestión permite evitar desde la sensación de estrés hasta el mal ambiente laboral causados por la inestabilidad que causa este proceso.