Según la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (OPFC), agencia gubernamental de Estados Unidos, el bienestar financiero es la sensación que tiene una persona de poder, con seguridad, satisfacer de manera idónea sus necesidades financieras. Esto implica poder cubrir tanto las necesidades básicas como las emergencias e imprevistos, sin preocupaciones ni riesgos y sin descuidar la estabilidad económica a largo plazo.
Hay que tomar en cuenta que la percepción del dinero varía según el momento vital por el que se atraviese. La visión de una persona de la tercera edad o un jubilado no es la misma que la de un estudiante universitario que está comenzando a construir sus finanzas. Cada generación tiene una manera diferente de percibir el bienestar financiero y una actitud distinta hacia el dinero. Sin embargo, hay algo en común: todos buscan estabilidad y seguridad financiera a lo largo de su vida.