Las formas de ciberacoso son variadas: bromas que se salen de control, presión social, intentos de atemorizar, humillar, exponer, aislar e incluso extorsionar a una víctima; sin embargo, comparten algunas características que permiten reconocerlas fácilmente:
- La intención: siempre habrá un deseo de hacer daño, amenazar, amedrentar y avergonzar a la víctima.
- El contenido: insultos, la difusión de mentiras, fotos privadas, montajes o suplantación de identidad.
- La frecuencia: los ataques de un ciberacosador son repetitivos y constantes.
- El medio: el ciberacoso se produce desde redes sociales, aplicaciones de mensajería, foros e incluso chats de videojuegos.
- La difusión: en algunos casos, el ciberacoso se puede hacer viral cuando otras personas comparten y reaccionan sobre un contenido perjudicial para alguien más.