Se conoce como estrés financiero a la preocupación relacionada con el dinero. Este sentimiento es el resultado de la presión que se genera ante una situación económica poco favorable.
Es normal sentir cierta tensión por conseguir que las cuentas estén al día y llegar a fin de mes. Sin embargo, cuando este estado mental se prolonga puede provocar síntomas como ansiedad, insomnio, depresión, alteraciones del sistema inmunológico, presión arterial alta, entre otros.