Según la Organización Mundial de la Salud, 70 decibeles es el límite superior de ruido que el cuerpo humano puede soportar. El tráfico vehicular puede ocasionar que estos niveles aumenten y, por tanto, impacta de forma negativa en la salud y la calidad de vida las personas.
Además del déficit auditivo, que parece ser la consecuencia más obvia, el ruido excesivo también puede ocasionar problemas de memoria, estrés, aumento de la presión arterial, neurosis y un sinnúmero de malestares que pueden derivar en enfermedad. Por eso, es esencial que destines tiempo a cuidar de ti, a descansar en casa y evitar las avenidas ruidosas y llenas de vehículos. Si salir es inevitable, opta por vías alternas más tranquilas, usa el claxon con responsabilidad o, mejor aún, prueba medios de transporte más ecológicos.