Un fraude financiero o robo de dinero no solo implica la pérdida de recursos materiales, sino que puede desencadenar una crisis financiera personal gravísima. La pérdida repentina de fondos puede afectar la capacidad para cubrir gastos esenciales y mantener la calidad de vida. Además, el impacto emocional y psicológico puede ser abrumador, generando estrés, ansiedad y preocupaciones a largo plazo.
Los seguros para robos y fraudes actúan como un salvavidas en medio de esta tormenta financiera. Mitigan el impacto económico al cubrir las pérdidas y ayudan en la recuperación, permitiendo a las personas reconstruir sus finanzas sin el peso abrumador de las consecuencias.