Si lo analizas, es probable que muchas de tus decisiones financieras se basen en lo que otras personas están haciendo, sin considerar si realmente se ajustan a tus necesidades o situación. Te dejas llevar por el entorno social, en lugar de basarte en tus propias preferencias.
Por ejemplo, es muy común que cuando compres en línea, a la hora de elegir, te fijes en la puntuación que le dan los clientes al producto que estás buscando, escojas un restaurante por las reseñas positivas que tiene o te compres el vestido que es tendencia en redes, aunque su precio se salga de tu presupuesto. Lo cierto es que hay decisiones condicionadas por la prueba social que pueden llevarte a gastar tus ahorros o endeudarte en exceso. Todo por tratar de cumplir con estándares o “normas” sociales que quizás no se alinean con tus objetivos personales